Desde hace aproximadamente tres años, el SAT a través de sus Administraciones de Recaudación, puso en acción un programa denominado “Vigilancia Profunda”. Mediante todo un protocolo donde se cita a los contribuyentes y/o sus representantes, se les dan a conocer diversas “inconsistencias” entre la información manifestada por dichos contribuciones en sus declaraciones y la información contenida en la base de datos de la autoridad fiscal.
Las inconsistencias tales van desde presuntas diferencias de ingresos, diferencias en retenciones, hasta información relacionada con EFOS (Empresas que Facturan Operaciones Simuladas). Dando como resultado de este proceso, una “invitación” a los contribuyentes a autocorregirse.