El secreto de la salud

El secreto para la salud


Es importante reconocer que nuestro cuerpo es realmente el producto de nuestros pensamientos. Estamos comenzando a comprender en la ciencia médica hasta qué punto la naturaleza de nuestros pensamientos y emociones determinan en realidad la sustancia física, la estructura y el funcionamiento de nuestros cuerpos.

Conocemos por las artes de sanación el efecto del placebo. Un placebo es algo que supuestamente no tiene impacto y efecto en el cuerpo, como una pastilla de azúcar o algo así. Pero usted le dice al paciente que es igualmente efectiva y lo que sucede es que el placebo logra el mismo efecto, si acaso no mayor, que a veces el medicamento que supuestamente ha sido diseñado para ese efecto.
Y así, descubrieron que la mente humana es el factor más importante en las artes de sanación. Algunas veces incluso más que la medicación.

Si alguien se encuentra enfermo y tiene la alternativa de explorar lo que existe en su mente y lo que está creando comparado con la medicina, si esta situación es aguda y realmente pudiera causarle la muerte, obviamente la medicina sería una opción sabia a medida que explora lo que sucede en su mente. Por eso, ustedes no desearán negar la medicina. Toda forma de sanación ocupa su lugar.

¿Saben? Existe solamente un flujo de bienestar de pura energía positiva. Y el Universo, todo lo que conocemos, cuenta con eso en abundancia. Este es un mundo basado en el bienestar y ele bienestar abunda espectacularmente. Y cuando ustedes permiten que fluya la plenitud, se sienten muy, pero muy bien. Y cuando lo cortan un poquito, no se sienten tan bien. Existe solamente un flujo de bondad o bienestar que ustedes permiten o no. Y sus magníficas emociones les muestran cómo es la mezcla. ¿Qué tanto están permitiendo o resistiendo esa conexión?.

Ustedes conocen personas que tienen enfermedades terminales. Deténganse y piensen en la palabra “mal-estar”. Pónganle un guión. Se trata de un cuerpo que no está bien.

Tomemos miles de diagnósticos y malestares en el mundo. Tan sólo se trata de un enlace débil. Todos son el resultado. Estrés. Si aplican suficiente presión sobre una cadena y un sistema, uno de éstos se rompe.

Nuestra fisiología crea un malestar para hacernos saber que tenemos una perspectiva desequilibrada y que no estamos siendo amorosos y agradecidos. Y por eso, las señales y los síntomas del cuerpo nos están avisando que algo pasa.

Las personas se preguntan con frecuencia cuando se manifiesta un malestar en el templo del cuerpo, o algún tipo de incomodidad en su vida, ¿Si pueden revertir esta situación por medio del poder del pensamiento correcto? Y la respuesta es: claro que sí.

El 23 de Noviembre me diagnosticaron cáncer de mama. Realmente creía desde mi corazón y con una fe inquebrantable que ya estaba sanada. Durante el día me repetía: “Gracias por mi sanación”. Creía de corazón que había sanado. Me veía a mí misma como si el cáncer jamás hubiese existido en mi cuerpo. Una de las cosa que hice para sanarme fue ver películas muy divertidas y reír y reír.

No podía permitirme ningún tipo de estrés en la vida, porque sabíamos que el estrés era una de las peores cosas que puede suceder cuando una trata de sanarse a sí misma. Desde el momento que me lo diagnosticaron hasta la fecha en que estuve totalmente sana, pasaron aproximadamente tres meses y eso sin radiación o quimioterapia.

Venimos de un programa básico de auto-sanación. Cuando se lastima, la herida se cierra. Si tiene una infección bacteriana, el sistema inmunológico llega y se hace cargo de la bacteria y sana. El sistema inmunológico está diseñado para sanarse a sí mismo.

La enfermedad no puede vivir en un cuerpo que se encuentra en un estado emocional saludable. Su cuerpo desecha millones de células por segundo, y crea millones de células nuevas. En realidad algunas partes de nuestro cuerpo se reemplazan diariamente. Otra partes toman algunos meses o un par de años pero en el lapso de algunos años tenemos un cuerpo físico totalmente nuevo.

Si usted tiene un mal-estar, se enfoca en él y habla con las personas sobre él estará creando más células enfermas. Véase a sí mismo viviendo en un cuerpo, perfectamente saludable y deje que el doctor se haga cargo del malestar.
¿Pueden comprender la diferencia entre tener una dolorosa artritis en sus caderas y sentir temor o esperanza? La diferencia entre el temor y la esperanza es la diferencia entre recuperarse y no hacerlo.

Los pensamientos más felices conducen esencialmente a una bioquímica más feliz, a un cuerpo más feliz y saludable. Los pensamientos negativos al estrés y han demostrado que degradan seriamente el cuerpo y el funcionamiento del cerebro, porque nuestros pensamientos y emociones son los que continuamente re-ensamblan, reorganizan y vuelven a crear nuestro cuerpo.

Eliminen el estrés fisiológico del cuerpo y éste hará lo que está diseñado para hacer. Se sana a sí mismo. He visto riñones regenerados, un cáncer disuelto, mejorar la vista y recuperarla. Siempre digo que incurable significa curable desde el interior. Usted puede cambiar su vida y se puede sanar a sí mismo.

Bueno mi historia comienza el 10 de Marzo de 1981 y cambió toda mi vida. Fue un día que nunca olvidaré. Estrellé un avión y terminé en el hospital completamente paralizado. Mi médula espinal estaba aplastada, se fracturaron la primera y segunda vértebras cervicales, mi reflejo de tragar se destruyó, no podía comer ni beber, mi diafragma también y no podía tampoco respirar. Lo único que podía era parpadear.

Los doctores afirmaron que toda mi vida sería como un vegetal. Lo único que podía hacer era parpadear por el resto de mi vida. Ese era el cuadro que me presentaron pero no importaba lo que ellos pensaran. Lo más importante ara lo que yo pensaba. Me vi a mí mismo otra vez como una persona normal, caminando al salir de ese hospital. Mi mente era con lo único que podía trabajar y cuando usted tiene su mente puede poner otra vez todo en orden.

Estaba conectado a un respirador y ellos dijeron que jamás respiraría con mis propios medios porque mi diafragma estaba hecho pedazos. Pero esa pequeña voz seguía diciéndome: “Respira profundo, respira profundo”. Y finalmente me desconectaron del respirador. No encontraban explicación alguna.

Miren, yo no podía permitirme que nada se interpusiera en mi mente que me distrajera de mi meta y de mi visión.
Yo establecí la meta de salir caminando del hospital para la Navidad. Ocho meses más tarde salí del hospital caminando con mis propios píes.

Ellos dijeron que era imposible de lograr. Ese día jamás lo olvidaré. Para las personas que están sentadas ahí este momento viendo esta película y sienten dolor, si quisiera resumir mi vida sobre aquello que pueden lograr en ocho palabras: “El hombre se convierte en lo que piensa”.”