Recibe indigente milagro navideño
Indigente de 65 años se reencuentra con familiar
Deyra Guerrero
Monterrey, México (23 diciembre 2006).- No lo podía creer. Después de más de 15 años recibía de nuevo un abrazo de alguien de su familia y encontraba la esperanza de volver a sentir el calor de hogar en esta Navidad.
Después de 32 años de que llegó a Monterrey sin su esposa e hijos, Nicolás Martínez Almazán ya había olvidado en las calles lo que eran las fiestas decembrinas, pero ahora la vida le regaló una segunda oportunidad.
Hasta el jueves, don Nicolás era un indigente más en la Ciudad.
A sus 65 años, el caminar entre el frío, la lluvia y soportar los malestares del asma que padece, no eran tan dolorosos como la soledad y la tristeza de no saber nada de sus familiares, para quienes lo creían muerto.
Pero ayer, el día por el que ya había dejado de soñar, se convirtió en realidad, pues se reencontró con su primo Servando Castillo, gracias a una investigación del Departamento de Trabajo Social de la Cruz Roja.
Luego de recibir un abrazo de su primo, quien habita en la Colonia Mirador de las Mitras, en Monterrey, don Nicolás se dijo sorprendido y aún sin asimilar lo que ocurría a su alrededor.
"No pues, que los días que me faltan, pues pasarlos en un lugar donde esté seguro. Ya con esta enfermedad que no me deja trabajar, porque me pongo malo, ya no puedo hacer nada", dijo.
"Para mí nunca ha habido festejos de nada, aquí (Cruz Roja) la gente me ha festejado con darme Navidad, alguna cosa ahí, una cosa poca me dan ahí ellos".
Y es que recordó con nostalgia que desde que su casa fue el asfalto y concreto en las calles, la felicidad no existió, hasta ayer en las instalaciones de la Cruz Roja.
Castillo explicó que hace 35 años don Nicolás, originario de Villa de Juárez, en San Luis Potosí, se separó de su esposa, y desde entonces no ve a su mujer, ni a sus hijos, que radican en Chicago.
Fue hace más de 32 años cuando don Nicolás llegó a Monterrey, detalló, en el intento de encontrarlo a él y en búsqueda de una mejor vida; sin embargo, después de trabajar como albañil y de no localizar a ningún familiar, terminó por convertirse en un indigente.
Hace más de 15 años, don Nicolás y su primo Servando se encontraron en el Centro de Monterrey, platicaron e intercambiaron teléfonos para apoyarse en caso de alguna necesidad, pero el contacto finalmente no se mantuvo.
Isela Salazar, trabajadora social de la Cruz Roja, quien realizó la investigación para lograr el reencuentro, señaló que don Nicolás perdió los teléfonos de Servando Castillo, y éste no volvió a saber nada de su primo.
En primera instancia afirmó que don Nicolás pasaría la Navidad en su casa ubicada en el sector Mitras, pero en entrevista posterior aclaró que familiares provenientes de San Luis Potosí ya habían recogido a don Nicolás para que pasara las fi estas en su tierra natal.
Ahora, a lado de sus seres queridos y en espera de reencontrarse también con sus hijos que viven en Chicago, el ex indigente podría experimentar una dulce Navidad.
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