La 'sobreventa' de la reforma fiscal

La 'sobreventa' de la reforma fiscal
Enrique Quintana
19 Jul. 07

En el ánimo de crear expectativas favorables para la reforma fiscal, el Presidente Calderón la está sobrevendiendo.

El Presidente está planteando que, en caso de aprobarse su propuesta de reforma, el Gobierno tendrá recursos para construir la infraestructura que el País necesita y para combatir la pobreza.

La realidad es que los asesores del Presidente le deben dar bien las cuentas antes de hacer ofertas que en los próximos años no se puedan cumplir.

Le comentamos desde hace varias semanas que el propósito principal de la reforma fiscal no es generarle al Gobierno una capacidad adicional para gastar en infraestructura o desarrollo social, sino simplemente darle recursos para evitar el déficit financiero cercano al 3 por ciento del PIB que Hacienda proyectó para 2012, de seguir las cosas como van.

El Gobierno se enfrenta con un \"efecto tijera\".

Por un lado, debe aportar recursos crecientes para el pago de las pensiones y para solventar los compromisos derivados de los Pidiregas que tienen que ser cubiertos.

La otra parte de la tijera es la de los ingresos, y específicamente la de los ingresos petroleros.

El propio programa de infraestructura que fue presentado ayer por el Presidente Calderón estima una reducción cercana al 20 por ciento en la extracción de petróleo crudo en este sexenio.

Aunque Pemex contara con mayores recursos y aun si los invirtiera bien, ya no hay tiempo para cambiar las tendencias en la producción de petróleo de los próximos años, pues el simple trabajo exploratorio y de desarrollo de nuevos campos productivos llevará más años que los de este sexenio.

La razón es que los campos que están en producción no van a tener la capacidad para reemplazar la declinación de Cantarell.

Los expertos de Hacienda han considerado el escenario de que en el curso de tres sexenios el Gobierno mexicano se quede sin ingresos petroleros, por lo que la idea es que cada seis años se genere una modificación fiscal que genere al menos el equivalente a 3 puntos porcentuales del PIB.

Por donde lo vea, los recursos adicionales derivados de la reforma fiscal no van a ir todos al Gobierno federal (pues también se van a repartir entre las entidades) y los que vayan directamente a las arcas gubernamentales van a tener que utilizarse principalmente para tapar hoyos, sean los que derivan de menos ingresos petroleros o bien de mayores gastos en pensiones y Pidiregas.

Entiendo que no se puede gritar a los cuatro vientos que la reforma fiscal que tanto se ha publicitado es una medida puramente preventiva (aunque lo sea), para evitar una catástrofe financiera hacia el final del sexenio, pero la generación de expectativas exageradas puede revertirse a este Gobierno en el curso de los próximos años y causar una decepción cuando se vea que no hubo dinero para todo aquello que se anticipó.



La deuda del DF

Va a ser muy difícil que la Secretaría de Hacienda no respalde al Gobierno de Marcelo Ebrard en la reestructuración de su deuda de 42 mil 517 millones de pesos.

Para asegurarse que la propuesta fuera técnicamente viable, el Gobierno de la ciudad se asesoró de Protego, la empresa de consultoría financiera fundada por Pedro Aspe, que tiene amplia experiencia en este tipo de reestructuraciones. Una de las más sonadas, por cierto, fue la que hicieron en el Estado de México, la segunda entidad más endeudada.

Desde el punto de vista financiero, al final de cuentas el propio Gobierno federal gana, puesto que es el que garantiza en última instancia la deuda del Gobierno del DF.

Es muy obvio que la razón por la que se ha tardado la autorización de esta reestructura es política.

Debe estarse negociando un acercamiento de Ebrard al Gobierno de Calderón a cambio de recibir el aval para reducir el costo y extender el plazo.

Y el Gobierno de Ebrard anda en la cuerda floja. Por una parte, quiere mantenerse como el Gobierno estatal más cercano a López Obrador, separándose del resto de los gobernantes perredistas, en virtud de que sus respaldos políticos locales tienen una gran influencia del ex candidato presidencial del PRD.

Pero al mismo tiempo, también busca la imagen de institucionalidad que le da una reestructura diseñada por el equipo de Aspe, que técnicamente es impecable... y que le daría recursos adicionales al Gobierno local, lo que en términos políticos podría no gustarle al Gobierno federal.

Si se hace la política a un lado y se cuestiona a Hacienda respecto a las deficiencias del esquema de reestructuración que se está planteando, no va a haber respuesta, pues está bien hecho.

Dudo mucho que al final no se dé el respaldo, pero lo que sí creo factible es que éste venga hasta última hora, con el comentario de que se hizo un análisis cuidadoso de la propuesta y por eso se alargó tanto el plazo para resolver.


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