Les comparto esta nota.
El negocio de las Afores
El sistema, un robo auspiciado por la Consar
De la redeacción_____
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Después de seis años, las autoridades no hacen lo suficiente para ofrecer al trabajador esquemas para que ahorre con las mejores condiciones y elija cuantas veces lo desee las administradoras que en un momento dado les resulten más rentables.
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El Sistema de Ahorro para el Retiro nació con un objetivo primordial: que el trabajador logre generar el mayor ahorro posible para que al finalizar su vida laboral pueda disfrutar de un pensión digna. Sin embargo, hoy no garantiza que la meta pueda convertirse en realidad.
En primer lugar las comisiones que las Administradoras de Fondos para el Retiro cobran por el manejo de los recursos del trabajador son de las más elevadas del mundo. Como puede apreciarse en la gráfica 1, en seis años las Afores ya ganaron casi 50 mil millones de pesos, mientras que el ahorrador deberá esperar 25 años para gozar de su dinero... si para entonces sus fondos le resultan suficientes.
Pese a que las autoridades empiezan a publicitar la conveniencia de que el ahorrador conozca las diferencias entre el cobro de comisiones de las Afores, lo cierto es que no logran aún ayudar al trabajador para que maneje sus recursos como mejor convenga a sus intereses, y con ello salvaguardar a la población del riesgo de terminar dentro de unos años financiando vía impuestos el retiro de millones de mexicanos que a causa de la desinformación pueden sufrir un grave detrimento en su ahorro.
Comisiones
Existen varios esquemas mediante los cuales las Afores aplican comisiones por administrar el dinero del trabajador en el sistema para el retiro.
Pueden cobrar por flujo, es decir, cada vez que las aportaciones del trabajador (a las que contribuyen además el patrón y el gobierno federal) ingresan a su cuenta individual. Esto sucede bimestralmente y se realiza de manera automática, a través del descuento directo y obligatorio del salario.
También pueden hacerlo por saldo, lo que representa el cobro mensual de una comisión por el manejo de los recursos que un trabajador tiene ya en su cuenta. Hay, por cierto, administradoras que combinan ambos esquemas.
Y un tercero es el de cobro por rendimiento, cuya comisión es al principio casi nula pero aumenta en la medida en que crece al mismo tiempo el saldo de la cuenta debido a las nuevas aportaciones y al propio rendimiento: no es lo mismo, por ejemplo, cobrar 5% de mil pesos (50) que de 10 mil (500).
Cobro mixto
Afore Santander es un ejemplo claro de lo que ocurre cuando una administradora cobra comisiones por flujo y por rendimiento. Se trata de una comisión mixta.
Como ilustra la gráfica 2, un trabajador que se afilie a esa administradora con un capital de origen de 24 mil pesos, por ejemplo, por el solo ingreso (flujo) de su aportación Afore Santander le cobrará 4 mil 600 pesos.
Además, deberá pagar 3 mil 700 pesos de comisión sobre saldo (manejo de la cuenta). Al final del día el trabajador se encontrará con que, a pesar de recibir un rendimiento de 3%, su capital será menor a sus aportaciones en casi 4 mil pesos y tendrá en su cuenta para el retiro sólo 20 mil.
En cambio la administradora habrá ganado 3 mil 700 pesos (15%) por el solo hecho de cobrar comisiones sobre flujo y saldo.
Vale la pena mencionar aquí que Afore Santander aplica este esquema desde hace seis años y aunque hace unos días anunció una reducción de comisiones, en realidad mantiene el cobro de 1.6% por flujo y otro 1% por saldo, pues su “reducción” consiste más bien en otorgar “descuentos” por antigüedad a sus afiliados, de manera progresiva.
Las Afores de Banamex y Bancomer, por cierto, aplican comisiones únicamente sobre flujo; es decir, cobros mensuales por el ingreso de las aportaciones del trabajador. Se calcula que, en el caso de la primera, en estos seis años la administración de los recursos para el retiro de sus afiliados le significaron una ganancia superior a los 10 mil millones de pesos.
Cobro por rendimiento
De otro lado están las Afores que no cobran comisiones por el simple ingreso de las aportaciones ni por el manejo de la cuenta sino con base en el rendimiento del ahorro.
Como lo muestra la gráfica 3, del caso de Afore Inbursa, el mismo trabajador puede obtener por la misma suma de origen (24 mil pesos) intereses por 13% y la administradora ganará otro 6%.
Al final del día su saldo será de 29 mil 800 pesos y la Afore tendrá ganancias por otros mil 900: el capital habrá generado 16% de rentabilidad en beneficio de ambas partes, no sólo de los agentes financieros.
Hay que considerar, sin embargo, que a medida que aumenten los fondos de la cuenta por nuevas aportaciones y por el rendimiento las comisiones resultarán más elevadas, hasta resultar eventualmente poco rentables para el ahorrador.
Es entonces cuando deben entrar en juego la información y la competencia, para así favorecer al ahorrador, quien deberá contar con todas las facilidades y seguridad para buscar otra administradora que le ofrezca condiciones más atractivas para que sus recursos continúen creciendo sin que las comisiones le resulten onerosas.
Fallas
Sin embargo, varios factores contribuyen hoy a impedir que el trabajador logre disfrutar ese beneficio.
Destaca en primer término el esquema elegido por la misma entidad encargada de regular y supervisar el sistema de pensiones, la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), para informar al ahorrador sobre las distintas posibilidades que le ofrecen las administradoras.
Este órgano desconcentrado de la Secretaría de Hacienda tiene, entre sus principales atribuciones, las de expedir disposiciones para el funcionamiento del sistema; otorgar, modificar o revocar autorizaciones para las Afores y Siefores (Sociedades de Inversión Especializadas en Fondos para el Retiro), e imponer multas y sanciones cuando no se cumpla con la normatividad vigente.
También debe informar al Congreso de la Unión sobre la situación del sistema y difundir información a la opinión pública.
Pero hace 10 meses la Consar modificó el esquema de proyección que se usaba para dar al trabajador una idea sobre cuál puede ser el rendimiento de sus ahorros en cada una de las Afores: cambió el plazo de cinco años que se utilizaba para esos pronósticos, para fijar otro de 25 años.
¿Qué sucedió? Que las administradoras con cobro por rendimiento aparecieron de pronto como las más caras (lo cual resulta lógico, puesto que, como explicamos antes, las comisiones en este caso resultan cada vez más elevadas porque el capital es también cada vez mayor) y las que cobran por flujo o saldo como las más baratas, aunque lo cierto es que cobran comisiones mensuales o bimestrales o ambas.
En este esquema el error estriba en que los ahorradores carecen de la información suficiente para evaluar por qué y cuándo una determinada Afore les resulta más conveniente que otras para multiplicar la rentabilidad de su dinero.
Por esa falta de conocimiento no es difícil que un trabajador se conforme con saber cuánto rendimiento le generará una Afore en 25 años, pero carecerá de elementos para buscar mejores opciones a lo largo de ese lapso. Y así, por desinformación, puede pagar comisiones tan altas que deteriorarán el saldo final de sus ahorros, perdiendo así la oportunidad de una pensión digna.
Otra falla que causa este esquema de proyección a 25 años es que las Afores con comisiones por rendimiento, aunque al principio no cobran prácticamente nada a diferencia de las que lo hacen por flujo o saldo, aparecen como las más caras, por lo cual son “castigadas” por la autoridad: no reciben el incentivo de que la Consar inscriba en ellas a los trabajadores registrados en la cuenta concentradora, es decir, la cuenta donde se “concentra” el ahorro de los trabajadores que no eligen una Afore.
Por tanto, se premia a las Afores que más cobran en los primeros años y no sólo se margina del reparto a las que menos comisiones demandan en el mismo periodo, sino que de manera automática el trabajador se ve afiliado a las que más caras les resultarán mientras conoce las oportunidades que le brinda el sistema.
¿Acaso no resulta válido preguntarse de lado de quién está la autoridad?
Cambios
Por todo esto es indispensable realizar algunos cambios en el sistema. Destacan los siguientes:
1. Cambios en el esquema de proyección de cobro.
Lo mejor sería volver a la proyección con base en un esquema de 5 años, en lugar de 25, para que el trabajador tome conciencia de que una Afore con comisiones sobre rendimiento le cobrará menos al principio, permitiéndole multiplicar sus ahorros, y que podrá luego (cuando la comisión encarezca) buscar administradoras competitivas que le ofrezcan mejores condiciones.
2. Cambios en el sistema de evaluación.
Bajo esta lógica, son las Afores que menos cobran en los primeros años las que deben incentivarse con la afiliación de quienes pasan a la cuenta concentradora, para impulsar una mayor competencia y reducir comisiones, en beneficio del ahorrador.
3. Simplificar y automatizar los traspasos.
Es necesario agilizar aún más el traspaso del trabajador de una Afore a otra, para que pueda aprovechar este escenario. Modelos existen: hay países donde los traspasos de una a otra administradora se realizan de forma automática, vía Internet, por ejemplo.
4. Comunicación efectiva.
Y, como ocurrió en los últimos seis años (hace apenas unos días que la Consar dio inicio a una campaña para que los ahorradores se preocupen por comparar las distintas comisiones), de nada servirá que el sistema ofrezca la oportunidad de que el trabajador goce de las herramientas que le permiten multiplicar la rentabilidad de sus ahorros si las desconoce. Sólo la información efectiva y oportuna le ayudará en este aspecto.
Corolario
La inversión de los recursos para el retiro de los trabajadores representa ya más de 9% del ahorro financiero y casi 20% de la captación bancaria en México.
De hecho el sistema registra el nivel de rendimiento más alto del mercado con un promedio histórico nominal de 14.6%, lo cual implica ganancias de hasta 9.4% en términos reales.
Pero si los trabajadores no alcanzan pensiones dignas al final del camino el Estado tendrá la obligación de financiar su retiro: vía impuestos, todos pagaremos por ello mientras que las Afores habrán hecho un negocio redondo.
Por ello urge hoy emprender cambios en el sistema: en el esquema de cobros de las Afores, mejor evaluación, simplificar y automatizar las aperturas y traspasos de cuentas, y comunicar con efectividad y transparencia los beneficios y perjuicios que cada una le acarrea al ahorrador. Mientras no sea así cabe preguntarse: ¿de qué lado está la autoridad?