Los tecnócratas y el crecimiento económico
Uno de los grandes misterios del México contemporáneo es el prestigio de nuestros tecnócratas. Con nombres y estilos diferentes han sido los responsables de la política económica de los últimos 27 años.
Falta imaginación, creatividad y liderazgo para avanzar.
En el caso de nuestros tecnócratas, se trata de un prestigio inexplicable.
Uno de los grandes misterios del México contemporáneo es el prestigio de nuestros tecnócratas. Con nombres y estilos diferentes han sido los responsables de la política económica de los últimos 27 años. Se puede llenar una biblioteca con los programas de desarrollo y libros blancos de innumerables reformas estructurales instrumentadas, pero al final lo relevante son los resultados. ¿Se merecen el prestigio?
Si como proyecta la Secretaría de Hacienda la economía crecerá 3.7% durante los próximos tres años, la economía avanzará a una tasa promedio anual de 1.5% en la administración del presidente Calderón, menos que el crecimiento estimado de la oferta de trabajo de 2.2%, sólo la mitad del crecimiento proyectado para la economía mundial por el FMI de 2.8%, y muy lejos de 5.6% estimado para las economías emergentes. Se alegará, no sin razón, que la anterior es una comparación injusta, dado que a Calderón le ha tocado lidiar con la peor recesión de la economía global desde la posguerra, y caídas simultáneas en los precios internacionales y en la producción de petróleo.
Sin embargo, patrones similares se han repetido en otras circunstancias. Por ejemplo, en el periodo que va del año 1983 al 2008 la economía creció 2.5%, versus 2.9% en la economía de los países desarrollados, 3.5% en la economía mundial, y 4.6% en los países emergentes.
De acuerdo con el FMI, en el 2012 el PIB per cápita de México será US15,500 ajustado por paridad de poder de compra (PPP), un 1/3 del estadounidense, 1/2 del coreano, y similar al chileno. Hace 27 años, teníamos la misma relación con los estadounidenses, pero superábamos ampliamente los PIB per cápita de Corea y Chile, que representaban 0.66 y 0.5% del nuestro. La comparación con China es todavía más desfavorable. En 1983 nuestro PIB per cápita superaba al de China 15.6 veces, en el 2012 sólo lo hará 1.8 veces.
En el tema de la inflación y la política monetaria se han logrado avances significativos en el país; es el caso de la autonomía del Banxico, y la adopción de un régimen de objetivo de inflación. Sin embargo, la reducción lograda en la tasa de inflación es similar a la obtenida en promedio en los países emergentes. Veamos, en el periodo que va del año 1983 al 2000, México registró una tasa de inflación promedio de 31.6%, versus 16.5% en el mundo, y 46% en las economías desarrolladas. A partir del año 2001 se observa una tendencia global a la deflación, que ha reducido a la fecha las tasas de inflación a 4.8% en el país, 4% en el mundo, y 6.7 en las economías en desarrollo.
¿Qué nos impide crecer más rápido? Las explicaciones abundan, muchas son tautológicas, debemos copiar lo que ha tenido éxito en los países exitosos. Le costó menos tiempo a Alemania y a Japón emerger del fascismo y la tragedia que fue la Segunda Guerra Mundial, a Chile dejar atrás los horrores combinados del populismo y la dictadura militar, y a China echar a andar un modelo nuevo de desarrollo después de décadas de comunismo. Falta imaginación, creatividad y liderazgo para avanzar. En el caso de los tecnócratas, su prestigio es inexplicable.
CREDITO: Raúl Aníbal Feliz