Cambiará China trato fiscal a empresas
Realiza Centro de Estudios de las Finanzas Públicas del Congreso análisis
Dayna Meré
Cd. de México(20 marzo 2007).-Con la reforma fiscal que realizará el gobierno de China en el 2008 se unificarán las tasas impositivas con que se grava a las compañías domésticas y foráneas en 25 por ciento de Impuesto Sobre la Renta (ISR), para con ello dejar de privilegiar a las empresas extranjeras.
Actualmente, las compañías extranjeras pagan un 15 por ciento de ISR en promedio, contra un 33 por ciento con que son gravadas las locales.
De acuerdo con una Nota Informativa del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados, si China sigue aplicando un régimen tributario en el que las empresas nacionales y las de inversión extranjera reciben un trato diferente, éstas últimas competirán desde una posición injustamente ventajosa.
Esto representa una disminución de hasta ocho puntos porcentuales para las organizaciones locales, y un aumento de hasta 10 por ciento para las trasnacionales.
Con el propósito de reducir el impacto del incremento al ISR sobre las empresas foráneas, la reforma fiscal incluye la posibilidad de concederles un plazo de transición.
En este sentido, las compañías que actualmente pagan un impuesto que oscila entre 15 y 24 por ciento, podrán seguir gozando de este régimen tributario preferencial durante los cinco años subsiguientes a la entrada en vigor de la nueva ley.
A pesar del incremento al ISR de las sociedades foráneas, el gobierno de este país no duda en mantenerse como un destino atractivo y prioritario para las compañías extranjeras, toda vez que seguirá ofreciendo deducciones fiscales para determinados proyectos de inversión, añade el CEFP.
Con esta reforma fiscal se beneficiará a las empresas chinas, tanto públicas como privadas, que desde hace años se han quejado de discriminación en favor de los corporativos extranjeros y por lo que reiteradamente habían demandado un tratamiento tributario unificado.
Por ello, muchas empresas locales llevan sus ganancias al exterior y luego las regresan a China con el fin de obtener alivios fiscales.
Para el gobierno chino, menciona el CEFP, llevar a cabo la reforma fiscal implica armonizar el sistema para fomentar la "competencia en igualdad de condiciones", ya que al considerarse el ritmo de desarrollo del país, el mantenimiento de un régimen impositivo que trata de forma diferente a las empresas nacionales y las extranjeras ya no se adapta a la realidad.
Además, tras el ingreso de esta nación a la Organización Mundial del Comercio (OMC), el mercado chino se ha abierto aún más a los inversionistas extranjeros, y las empresas nacionales están incorporándose al sistema económico mundial, lo que las sitúa ante una competencia cada vez más difícil.
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