FreeLancer, homerooms, office home, son conceptos que se han empezado a escuchar con mayor frecuencia en estos días, son de una u otra manera formas representativas de los nuevos esquemas de trabajo que han desarrollado las generaciones actuales. Ni bueno, ni malo, son sus esquemas dominantes y nada más. Como todo tienen pros y contras, el problema es que los contras rara vez son analizados en forma oportuna y cuando se cae en cuenta suele ser demasiado tarde.
¿Qué debiera considerar una persona para definir si los actuales esquemas de trabajo le resultan convenientes?, una forma simple (aunque no les parezca) es hacer como lo hacían generaciones anteriores para definir si buscaban iniciar su propio negocio, un proyecto personal o buscar trabajo con un tercero. No es secreto ni misterio, pero lo dicho, es tan evidente que solemos pasarlo por alto. El aspecto de mayor peso para cualquier persona ante la disyuntiva de auto-emplearse, emprender o buscar un empleo tradicional seguirá siendo valorar si lo que se va obtener a cambio de sus horas de trabajo es una remuneración periódica que le permita hacer frente sus necesidades presentes y de ser posible le deje en el escenario de poder ahorrar para necesidades futuras.
¿Eso es una cifra?, no como tal, debemos primero partir de que todos tenemos necesidades diferentes, vivimos en zonas geográficas diferentes, con variantes económicas diversas, situaciones personales distintas, ya que no son las mismas necesidades las de una persona soltera que la de una persona casada, una casada sin hijos, una casada con hijos, una divorciada y un sin número de variantes. Es complejo por ello mencionar una cifra, pero lo que sí se puedeintentar es crear una lista de los aspectos básicos que debes poder cubrir con tu ingreso.