Lo que se va a relatar, es una especie de "historia urbana", le paso al amigo de un amigo...
Como es costumbre en la oficina (despacho de contadores) en estas fechas nos reunimos socios y colaboradores para tener un convivio, tradicionalmente acudimos a comer a un restaurant, a compartir el pan y la sal como luego se suele decir. Por lo apretado de la agenda de este año nos vimos en la necesidad de programar dicha convivencia entre semana, para ser mas precisos el lunes 18 de diciembre, hicimos malabares para encontrar espacio en un restaurant de la 13:30 a las 15:30, dos horas, tiempo suficiente para comer, intercambiar regalos, abrazos, buenos deseos, beber un digestivo y regresar corriendo a la oficina a enviar uno que otro spei.
Todo iba conforme a lo programado, pero… por razones de seguridad personal, y toda vez que tengo programado viajar por carretera lleve mi unidad a que le cambiaran los neumáticos el mismo lunes 18 muy temprano por la mañana, ofreciendo el taller de servicio entregarme la unidad a las 13:30. Pensé, sin problemas, recojo el auto, me traslado al lugar del convivio (no más de 15 minutos en auto) y todo esta bien. Llegar diez minutos antes de la hora convenida con el gerente de servicio lo considere buena medida de precaución, al llegar las llantas nuevas ya habían sido montadas, auto alineado, balanceado y como plus inflado de llantas con nitrógeno. Estaba feliz, todo iba conforme a lo planeado.
Al realizar el pago y solicitar mi factura el gozo se fue al pozo, diligentemente había dejado los datos de facturación desde la mañana, pero empezaron a capturarlos hasta ese momento, ese fue el menor de mis males. Me preguntan, ¿Qué uso le va a dar al CFDI?, me sorprendí y queriendo presumirme conocedor del tema, le dije, anota la clave G03, el empleado me hizo caso, pero donde ya no me gusto es cuando me vuelve a preguntar, ¿De casualidad sabrá la clave de la unidad de medida? Y si no fuera mucho abusar, ¿La clave del producto en el catalogo?, me dice con algo de pena, “es que es la primer factura que vamos a emitir en esto del CFDI 3.3 y todavía no le entendemos”, fue verlos batallar saltar buscando de un catalogo a otro claves que nunca les dejaron satisfechos, campos que no estaban seguros si eran opcionales, llamarle a su contador para pedirle asesoría y no encontrarlo porque ya era hora de la comida, el caso es que lograron facturarme “como Dios manda” o como el CFDI 3.3 dispone ¡Hasta las 15:30!, fin de la historia, fin del convivio. Esta es una pequeña historia que me parece amenaza con repetirse en días por venir.